CUESTIONARIO ANDREA MUÑOZ
SECCIÓN SALA DE VISITAS
Luz, color, diseño, funcionalidad y equilibrio ¿definen tu estudio?
Sí, creo que sin duda estos son los 5 pilares del estudio. Todos nuestros proyectos giran en torno a esos conceptos – la funcionalidad y la estética van de la mano en cada trabajo que llega a nuestra mesa. Siempre digo que somos una especie de “modistas del espacio”, confeccionamos cada proyecto a medida del cliente, siempre buscando que tenga una buena iluminación, un toque de color y que cada elemento esté equilibrado.
¿Cómo superar las expectativas del cliente con el trabajo?
Siempre que tratamos las primeras fases de un proyecto con los clientes les digo: nuestro trabajo es “darle una vuelta más”, a sus deseos, a sus ideas para el nuevo proyecto. Para esto tratamos de exprimir al máximo su programa de necesidades y estilo, pero siempre aportando el factor sorpresa, de modo que cuando presentamos nuestras propuestas siempre beben de lo que el cliente tenía previamente en su cabeza, pero luego se enriquecen con nuevos factores como la iluminación, los materiales, piezas a medida y con algún elemento original que es lo que al final convierte en diferenciador al proyecto.
Explícanos brevemente la historia de vuestro estudio.
Comencé la andadura de Andrea Muñoz Diseño hace más de 10 años en solitario con mi primer proyecto de una vinoteca – restaurante en mi ciudad natal: Astorga (León). A raíz de ese trabajo, comenzaron a llegar más proyectos al estudio, desde proyectos de hostelería hasta viviendas, lo que hizo que el equipo fuera creciendo poco a poco. Actualmente somos 3 diseñadoras de interiores en el estudio y contamos con estudio físico en León desde el 2017.
Afirmas que siempre te ha fascinado el diseño de interiores ¿por qué?
Mi familia tiene tiendas de mobiliario desde hace más de 50 años, por esto desde niña pasaba mis tardes allí, jugando entre muebles, imaginando estancias y moviendo muebles de un lado a otro, además de montar mis propias creaciones con las piezas de lego. Por esto, cuando tuve que seleccionar una carrera, vi que Diseño Industrial encajaba a la perfección conmigo, y después me fui especializando en Roma, Salamanca y Madrid en Diseño de Interiores.
“Lo diseñado hace la vida del usuario un poco más fácil o le despierta una ilusión” ¿puedes explicarlo?
Nuestro trabajo consiste en aportar un valor añadido a los espacios, a este valor añadido le damos forma a través de un diseño donde la funcionalidad y la estética vayan de la mano. De esta forma, nuestra máxima se percibe cuando los proyectos toman vida y vemos cómo cada detalle que ha sido pensado con esmero, hace que los clientes nos transmitan que “van a su trabajo con mayor ilusión que antes (en el caso de proyectos retail, oficinas u hostelería) o que “disfruten estando en casa” (en proyectos de vivienda).
¿Te sientes más a gusto en alguna tipología de espacio?
Cada proyecto es un reto y así lo vivimos en el equipo. Nos encanta aportar a cada uno de ellos elementos distintos y empaparnos de datos nuevos e información cuando llega alguno que nos saca de nuestra “zona de confort”.
¿En qué sentido afecta el interiorismo a las emociones de la personas?
El diseño de un espacio puede cambiar por completo cómo se siente una persona en el mismo. La iluminación adecuada, la vegetación, las piezas seleccionadas, los materiales… pueden hacer que una misma estancia se perciba de modos muy distintos. En zonas de trabajo, por ejemplo, el uso de los colores o de la iluminación adecuados, puede hacer que un trabajador sea más eficiente, porque su estado de ánimo mejora con las condiciones adecuadas de diseño en el espacio.
¿Y a su salud?
Por la misma razón, todo ese elenco de decisiones que forman parte de un proyecto de interiorismo, puede afectar a la salud emocional o física del usuario final. Asientos ergonómicos, iluminación adecuada, elementos biofílicos o materiales sostenibles, favorecen que la salud de las personas no se vea afectada en los espacios.
¿Cuáles son los avances técnicos que han aportado más a tu trabajo?
El desarrollo de productos cada vez más respetuosos con el medio: los materiales que usamos, las pinturas, los muebles, las instalaciones… hacen que nuestros proyectos tengan menos impacto y que los usuarios gocen de una mejor calidad de vida en su interior. Por otro lado, los programas de renderizado han ido haciendo que cada vez podamos presentar a los clientes infografías 3d más realistas, lo que facilita que puedan visualizar el espacio tal y como será tras la reforma del mismo.
¿Qué retos plantea la crisis sanitaria al interiorismo actual?
Creo que ahora somos más conscientes del sentido de la palabra hogar. El espacio doméstico se ha transformado también en espacio de trabajo y al revés: los espacios de trabajo se han hecho más hogareños y más amables. También, muchos lugares públicos cuentan ahora con áreas que se pueden reservar, haciéndolos más exclusivos para su uso y dando más privacidad a los mismos. De esta manera, esta crisis sanitaria se ha convertido en un reto para todos los diseñadores, tratando de aportar mayor calidad de vida con nuestros diseños que son ahora más flexibles y camaleónicos, adaptándose a las distintas necesidades de cada momento.
¿Qué diferencia un proyecto residencial de una instalación comercial?
En mi opinión un proyecto residencial debe ser ante todo funcional, sin descuidar obviamente el sentido estético. Además, una vivienda debe hablar más que ningún proyecto de sus propietarios. En este sentido, un proyecto comercial habla de la marca, del producto… y tiene un fuerte enfoque estético con el fin de llamar la atención de los clientes.
¿Cuáles son las fuentes de inspiración ajenas a la arquitectura y el diseño?
Sin duda la etnografía y la artesanía. Me encanta empaparme de la historia de las costumbres y tradiciones a la hora de dar sentido a determinados proyectos, rebuscar entre materiales y técnicas tradicionales para traerlos al presente con un nuevo enfoque.
¿Qué estáis haciendo en este momento?
Tenemos varios proyectos de diversa índole entre manos. De entre todos ellos, destacaría un proyecto para Cruz Roja en Castilla y León que estamos desarrollando en Valladolid. Se trata de un espacio muy innovador y puntero en España, que verá la luz en los próximos meses, pensado para dar a conocer los avances en tecnología a gente mayor con el fin de promocionar su autonomía personal y ayudarles en su vida diaria. De esta manera todo el espacio, de casi 600m2, está pensado para que los mayores conozcan de cerca aspectos como: la domótica en vivienda, cocinas adaptadas, tablets para leer la prensa, aparatos para mantener su actividad física … e, incluso, cultivar sus alimentos de forma adaptada. Todo ello dentro de un espacio fresco, amable que acerca la tecnología a la 3ª edad de un modo fácil y sencillo.